El 13 de octubre de 1889 la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas se interesó por su compra para la construcción en ella de una presa, pero desistió ante las condiciones de coste y condominio que pedían los propietarios, los herederos de Santiago Bravo, optando por la compra del suelo en el barranco del Pinto, donde luego se harían las dos presas del mismo nombre.

Anselmo Marrero Tejera

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